Comunicado de la FORA ante la tragedia ferroviaria en Once

Otro crimen de la patronal y el Estado en el ferrocarril

Las tragedias no deben utilizarse para especular ni política ni económicamente, pero deben servir para depurar responsabilidades.

Pasaron varios días desde el siniestro ferroviario en Once y pareciera que todavía falta un chispazo para que salte la bronca.

Cincuenta personas muertas –en su mayoría trabajadores que iban “de casa al trabajo”- y más de setecientos heridos, en medio de una impunidad indignante.

Indignante es también una burda sospecha aprovechando la confusión inicial que apuntó a romper el hilo por su parte más delgada: un error humano del conductor, un trabajador víctima igual que los otros que encontraron la muerte, al que se intentaba vergonzosamente lapidar para pasar de puntillas sobre los verdaderos responsables.

Empezará estos días la danza de acusaciones, investigaciones y citaciones de la justicia. Los próximos meses, los medios nos bombardearán con datos tan relevantes como las últimas comunicaciones de celular de la novia de uno de los pasajeros, o la vida privada de cada víctima. Es posible que se cree hasta una comisión parlamentaria investigadora, que se interpele a algún ministro y que haya reacciones populares espontáneas exigiendo “que se vayan todos”. Una burbuja mediática que se deleitará en el morbo hasta que los hechos se enfríen y se pueda pasar página obviando blanquear las culpas.

El accidente ferroviario del Sarmiento pone en evidencia, una vez más, los mecanismos instalados en los 90 con la lógica de rentabilidad, la misma que trata a los trabajadores como ganado, que ahorra en mantenimiento y calidad de servicio, y que sigue lucrando con mano de obra precarizada.

Se suma a la desidia patronal, la de su cómplice el Estado, que, lejos de supervisar el material en uso, mira hacia otro lado potenciando la mafia corrupta de las concesiones, como miran hacia otro lado los líderes sindicales cuando los trabajadores del Tren Buenos Aires (T.B.A), que llevaban meses avisando de la posibilidad de una tragedia, denuncian la falta de mantenimiento, la nula inversión y hasta el robo de rieles. Los trabajadores de base, los que día a día dejan la piel en su puesto de trabajo, saben mejor que nadie la realidad que azota al ferrocarril, pero claro, escucharlos implicaría renunciar al botín que gustosamente se reparten patronal, sindicato y políticos.

Por último, el “accidente” de Once hace palpable la avaricia capitalista que impone una centralización extrema en la región, que empobrece el interior y que colapsa Buenos Aires. La población subsidia a empresas localizadas en el área metropolitana de Capital Federal, y millones de personas viajan diariamente hacinadas, en pésimas condiciones y con costos económicos y sanitarios aberrantes, a cumplir con sus obligaciones laborales. Para el sistema, las personas únicamente somos mercancía.

Sólo con la lucha organizada en la protesta, en nuestros puestos de trabajo, y en la denuncia y la acción directa contra el sistema de transporte inhumano al que nos someten la patronal concesionaria y el Estado -con la complicidad de la burocracia sindical-, sólo luchando podremos evitar en el futuro cercano otro crimen semejante. Sólo así podremos evitar que estos asesinos nos sigan matando. Asesinos que, lógicamente, nunca serán juzgados como terroristas (qué es lo que realmente son) bajo los preceptos de la nueva ley que defienden, porque ellos son los que hacen las leyes y se llevan el dinero, mientras echan lágrimas de cocodrilo cuando matan a los trabajadores.

Consejo Federal
FORA – AIT
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Protesta de los trabajadores del supermercado Lorena

Los trabajadores del supermercado Lorena salieron ayer a la calle a reclamar el pago de los salarios adeudados y para defender la fuente laboral ya que los ocho puntos de venta de la cadena que pilotea el grupo inversor Iurelaw, que también tiene las tiendas de descuentos Eki en Buenos Aires, están totalmente desabastecidos y están perdiendo a la clientela.

Más de 100 empleados de Lorena se manifestaron ayer en las puertas del local de San Martín al 4900 para expresar su preocupación por la falta de pago del sueldo de enero y para concientizar a los vecinos de la zona por la situación que están atravesando. Néstor Fiuri, delegado de los trabajadores de Lorena, contó que el salario de diciembre se les pagó en varias cuotas y recién lo terminaron de cobrar el 23 de enero y explicó que el acto «es por la continuidad» del supermercado.

El delegado confió que minutos antes de que comenzara la movilización en las puertas del local llegaron los rumores de que hoy se les acreditaría el 25 por ciento del salario correspondiente a enero pero luego no recibieron ninguna comunicación oficial.

«La empresa está en concurso preventivo de acreedores desde noviembre y hay trascendidos de que hay interesados para comprar los locales de Rosario, nosotros queremos que nos respeten las condiciones laborales y queremos defender nuestro trabajo», subrayó Fiuri al tiempo que agregó que «se trabajaba y vendía muy bien en Rosario, de golpe no nos mandan más mercadería, no pagan a los proveedores».

Lorena cuenta con 8 locales en la ciudad, la casa central que se encuentra en Castro Barros y Regimiento 11, más los comercios ubicados en Ayacucho y Av. del Rosario, San Martín al 4900, Uriburu y España, Uriburu y Corrientes, Bv. Oroño y Uriburu, Necochea y Cochabamba y Necochea y Gaboto.

Está prevista una audiencia en el ministerio de Trabajo de la provincia, el próximo 28 de febrero. En esa instancia referentes de la empresa y el gremio de los empleados de comercio volverán a verse las caras para saber cómo continuará la actividad en la cadena de súper.

El grupo Iurelaw tomó a su cargo la cadena Eki, dueña de los supermercados Lorena, en noviembre y —según algunos trascendidos— se propuso achicar la cantidad de empleados y dar de baja 19 locales —de los 166 que tiene— en el interior de la provincia de Buenos Aires y Rosario. Cuando compró Eki la declaró en concurso de acreedores